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Ahora, escribiendo todos los días, y siendo pagado por ello y animado a hacerlo, era como si, en medio de la tópica noche oscura y tormentosa, encontrara la posada mágica, sus ventanas doradamente iluminadas, y el verano empezara mañana. Sólo puedo trabajar bien en una cosa. Si me privan de eso, mi "plan de respaldo", incluso ahora, será el páramo vacío, tormentoso y oscuro, donde, por cierto, incluso sin publicar, de algún modo seguiré escribiendo.