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los doce o quince millones del Imperio Británico que, aunque no poseen derechos electorales, están persuadidos de que son hombres libres, y que están confundidos con la noción de que no son siervos políticos, por ese gran malabarismo de la "Constitución Inglesa" ¡una cosa de monopolios, y artesanías eclesiásticas, y sinecuras, abracadabra armamentística, primogenitura y pompa!