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Vaya, cuando el mundo llegue a comprenderlo, espero que dos hombres o dos mujeres, o un hombre y una mujer, vengan aquí y me digan: 'Nos hemos peleado y ultrajado mutuamente, hemos herido a nuestro amigo, a nuestra esposa, a nuestro esposo; lo lamentamos, quisiéramos perdonar, pero no podemos, porque recordamos. Pon entre nosotros la expiación del olvido, para que podamos amarnos como antaño'.