-
Tan pronto como estés dispuesto a humillarte y decir: Dios, por favor, ayúdame, entonces podrás descubrir que Su fuerza es realmente perfecta, que realmente se preocupa por ti, que realmente quiere satisfacer tu necesidad.
Tan pronto como estés dispuesto a humillarte y decir: Dios, por favor, ayúdame, entonces podrás descubrir que Su fuerza es realmente perfecta, que realmente se preocupa por ti, que realmente quiere satisfacer tu necesidad.