-
Cuando crecí, no había teletipos ni videollamadas, así que principalmente interpretaba llamadas telefónicas. En aquella época, donde yo vivía, no era vergonzoso tener padres sordos; era guay poder hablar una lengua diferente a la de los demás.
Cuando crecí, no había teletipos ni videollamadas, así que principalmente interpretaba llamadas telefónicas. En aquella época, donde yo vivía, no era vergonzoso tener padres sordos; era guay poder hablar una lengua diferente a la de los demás.