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  • En nuestro propio país, hemos visto a Estados Unidos pagar un precio terrible por cualquier forma de discriminación, y nos hemos visto más fuertes a medida que hemos ido dejando atrás cada vez más odios y miedos. A medida que hemos dado a más y más de nuestra gente la oportunidad de vivir sus sueños. Por eso la llama de nuestra Estatua de la Libertad, al igual que la llama olímpica llevada a lo largo y ancho de América por miles de ciudadanos héroes, siempre arderá más que las llamas que abrasan nuestras iglesias, nuestras sinagogas, nuestras mezquitas.

    William J. Clinton's Speech at the Democratic National Convention in Chicago, Illinois, articles.baltimoresun.com. August 30, 1996.
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