-
Si yo fuera tan elocuente como Demóstenes, no tendría más que repetir tres veces una sola palabra. La razón es el lenguaje, el Logos; roeré esta médula y me roeré hasta la muerte por ella. Todavía está siempre oscuro sobre estas profundidades para mí: Sigo esperando siempre un ángel apocalíptico con la llave de este abismo.