El terrorismo se lleva a cabo deliberadamente, a sangre fría y de forma calculada. Los objetivos declarados del terrorista pueden cambiar de un lugar a otro. Supuestamente lucha para remediar males sociales, religiosos, nacionales o raciales. Pero para todos estos problemas su única solución es la demolición de toda la estructura de la sociedad. Ninguna solución parcial, ni siquiera la reparación total del agravio del que se queja, le satisfará, hasta que nuestro sistema social sea destruido o entregado en sus manos.