-
El problema es con el socialismo, que se parece más a una forma de enfermedad mental que a una filosofía. A los socialistas les entran abejas en la cabeza. Y porque carecen crónicamente de cualquier facultad crítica para examinar y evaluar sus ideas, y porque están patológicamente poco dispuestos a considerar las opiniones de los demás, y sobre todo, porque el socialismo es una mentalidad que considera al individuo y sus derechos como insignificantes, comparados con lo que el socialista cree que el grupo necesita, suceden cosas terribles, terribles, cuando los socialistas adquieren el poder.