-
Los descontentos suicidas eran legión, y sus enemigos incluían a todos y cada uno de los estadounidenses, británicos, canadienses, daneses, etcétera; o, por el contrario, a todos los musulmanes, personas de piel oscura, no angloparlantes, inmigrantes; a todos los católicos, fundamentalistas, ateos; a todos los liberales, a todos los conservadores... Para estas personas, el acto consumado de claridad moral era un linchamiento o un atentado suicida, una fatwa o un pogromo. Y ahora estaban ascendiendo, elevándose como estrellas oscuras sobre un paisaje terminal.