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Tanto si consideramos la Alemania nazi como la prisión de Abu Ghraib, hubo muchas personas que observaron lo que ocurría y no dijeron nada. En Abu Ghraib, una foto muestra a dos soldados sonriendo ante una pirámide de prisioneros desnudos mientras otra docena de soldados permanecen de pie observando pasivamente. Si observas esos abusos y no dices: "¡Esto está mal! Basta!", das tu aprobación tácita para que continúen. Formas parte de la mayoría silenciosa que hace que los actos malvados sean más aceptables.