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  • No castigues a la gente que se arrepiente; cúrala. No creo que el pecado privado requiera una reprimenda pública o la destitución del cargo si hay arrepentimiento. Sin embargo, cuando no hay evidencia de verdadero arrepentimiento, entonces la disciplina es necesaria.

    Ted Haggard, R. Lance Coles (1998). “The Life-giving Church”, Baker Publishing Group