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La primera copa acaricia mis labios y garganta secos, La segunda hace añicos los muros de mi soledad, La tercera explora los secos riachuelos de mi alma Buscando leyendas de cinco mil pergaminos. Con el cuarto el dolor de la injusticia pasada se desvanece por mis poros. El quinto purifica mi carne y mis huesos. Con el sexto comulgo con los inmortales. El séptimo transmite tal placer que me vence. El viento fresco sopla a través de mis alas mientras me dirijo a Penglai.