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  • No cabe duda de que hay que proteger a los jóvenes de hoy contra ciertos efectos venenosos inherentes a la civilización actual. Cinco enfermedades sociales les rodean, incluso en la primera infancia. Está el declive de la forma física debido a los métodos modernos de locomoción; el declive de la iniciativa debido a la enfermedad generalizada de la espectatoritis; el declive del cuidado y la habilidad debido al debilitamiento de la tradición artesanal; el declive de la autodisciplina debido a la disponibilidad siempre presente de tranquilizantes y estimulantes, y el declive de la compasión, que William Temple llamó "muerte espiritual".