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  • El gobierno de Dios no es tiranía, porque no tiene carácter político o gubernamental, no es un gobierno de autoridad. Dios no es un gobernador del universo, porque un gobernador gobierna sobre los que tienen una naturaleza similar a la suya, y ejerce un poder político y judicial, mientras que Dios ejerce un poder creador, preservador y determinante de un tipo totalmente diferente. Si soy siervo de Dios, no estoy bajo ninguna tiranía, porque Dios no gobierna, sino que me apoya, me sostiene y me dirige.

    William Batchelder Greene, Jakob Böhme, Antoine Fabre d'Olivet, Philippe-Joseph-Benjamin Buchez (1849). “Remarks on the science of history: followed by An a priori autobiography”, p.35