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La reacción ante la muerte es a veces tan violenta como la muerte misma. El shock arroja una cautelosa frialdad sobre tus sentidos, pero tu estómago sigue teniendo nudos, tu piel escuece como si la Parca también te estuviera mirando.
La reacción ante la muerte es a veces tan violenta como la muerte misma. El shock arroja una cautelosa frialdad sobre tus sentidos, pero tu estómago sigue teniendo nudos, tu piel escuece como si la Parca también te estuviera mirando.