-
Nada divino muere. Todo lo bueno es eternamente reproductivo. La belleza de la Naturaleza vuelve a formarse en la mente, y no para una contemplación estéril, sino para una nueva creación.
Nada divino muere. Todo lo bueno es eternamente reproductivo. La belleza de la Naturaleza vuelve a formarse en la mente, y no para una contemplación estéril, sino para una nueva creación.