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  • La conversión no será un acontecimiento único ni algo que dure sólo una temporada de la vida, sino que será un proceso continuo. La vida puede volverse más luminosa hasta el día perfecto, cuando veremos al Salvador y descubriremos que hemos llegado a ser como Él. El Señor describió el viaje de esta manera: 'Lo que es de Dios es luz; y el que recibe luz, y persevera en Dios, recibe más luz; y esa luz se hace más y más brillante hasta el día perfecto' (D. y C. 50:24).