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  • Si de alguna manera puedes forzar a un liberal a un argumento de punto-contrapunto, sus réplicas no tendrán ninguna relación con lo que has dicho, a menos que de hecho estuvieras hablando de tu aspecto, tu edad, tu peso, tus obsesiones personales o de si eres fascista. En el famoso paso a dos liberal, saltan de una idiotez a la siguiente, de modo que nunca se les puede pillar. Es como discutir con alguien con Trastorno por Déficit de Atención.