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  • Debemos estar dispuestos a dejarnos interrumpir por Dios, que desbaratará nuestros planes y frustrará nuestros caminos una y otra vez, incluso a diario, enviando personas a nuestro camino con sus exigencias y peticiones. Podemos, entonces, pasar de largo, preocupados por nuestras importantes tareas cotidianas, como el sacerdote -quizá leyendo la Biblia- pasó de largo ante el hombre que había caído entre ladrones. Cuando hacemos eso, pasamos de largo el signo visible de la Cruz levantada en nuestras vidas para mostrarnos que el camino de Dios, y no el nuestro, es el que cuenta.

    Dietrich Bonhoeffer (1996). “Life Together: Prayerbook of the Bible”, Fortress Pr