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El temor guía más a su deber que la gratitud; pues un hombre que es virtuoso por amor a la virtud, por la obligación que cree tener para con el Dador de todo, hay diez mil que son buenos sólo por su aprensión al castigo.
El temor guía más a su deber que la gratitud; pues un hombre que es virtuoso por amor a la virtud, por la obligación que cree tener para con el Dador de todo, hay diez mil que son buenos sólo por su aprensión al castigo.