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  • Cuando se obliga a la gente a permanecer en silencio cuando se le dicen las mentiras más evidentes, o peor aún, cuando se les obliga a repetir las mentiras ellos mismos, pierden de una vez por todas su sentido de la probidad. Asentir a mentiras evidentes es cooperar con el mal y, en cierto modo, convertirse uno mismo en el mal. La capacidad de resistirse a cualquier cosa se ve así erosionada, e incluso destruida. Una sociedad de mentirosos castrados es fácil de controlar.

    "Our Culture, What’s Left Of It". Interview with Jamie Glazov, archive.frontpagemag.com. August 31, 2005.