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  • No hace mucho leí sobre la construcción de un gran telescopio en el desierto chileno de Atacama, donde llueve una media de un milímetro al año y el aire es cincuenta veces más seco que el del Valle de la Muerte. Ni que decir tiene que los cielos de Atacama son prístinos. El astrónomo peregrino se aventura hasta los confines devastados de la Tierra para observar con más agudeza otros mundos, y supongo que el novelista está haciendo algo parecido.

    "Reading Your Friends’ Novels" by Brad Leithauser, www.newyorker.com. January 07, 2013.