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Es una maravillosa ventaja para un hombre, en cualquier actividad o avocación, asegurarse un consejero en una mujer sensata. En la mujer hay a la vez una sutil delicadeza de tacto y una sencilla solidez de juicio, que raramente se combinan en igual grado en el hombre. Una mujer, si es realmente tu amiga, tendrá una sensible consideración por tu carácter, honor y reputación. Rara vez te aconsejará que hagas algo malo, porque una amiga siempre desea estar orgullosa de ti.