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La madre águila enseña a sus pequeños a volar haciéndoles el nido tan incómodo que se ven obligados a abandonarlo y lanzarse al desconocido mundo del aire exterior. Lo mismo hace Dios con nosotros. Él remueve nuestros cómodos nidos, y nos empuja sobre el borde de ellos, y nos vemos obligados a usar nuestras alas para salvarnos de una caída fatal. Lee tus pruebas bajo esta luz, y ve si no puedes empezar a vislumbrar su significado. Tus alas se están desarrollando.