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Cuando terminó la Segunda Guerra Mundial, yo tenía 23 años y ya había visto suficiente horror para toda la vida. Había visto cosas espantosas, espantosas, sin decir una palabra. Ver el horror representado en una película no me afecta mucho.
Cuando terminó la Segunda Guerra Mundial, yo tenía 23 años y ya había visto suficiente horror para toda la vida. Había visto cosas espantosas, espantosas, sin decir una palabra. Ver el horror representado en una película no me afecta mucho.