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Pero, ¡ah, pescar con una lombriz y luego no pescar tu pez! Fracasar con una mosca no es una desgracia: tu arte puede haber sido impecable, tu paciencia intachable hasta el final. Pero la filosofía de la pesca con lombriz es la de los resultados, la de tener algo tangible en la cesta al terminar la jornada.