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  • Érase una vez un historiador que me dijo que la elección más importante que podía hacer un nuevo historiador era la de su especialidad. La mayoría de los temas buenos estaban demasiado saturados, así que había que elegir entre lo exótico y lo extinto. Sus recomendaciones eran los pictos o los minoicos, porque apenas se sabía nada de ellos y se podía pasar una vida feliz especulando.