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  • La economía industrial que divide absolutamente a la sociedad en dos partes, los pagadores de salarios y los receptores de los mismos, los primeros contados por miles y los últimos por millones, no es apta ni capaz de una duración indefinida: y la posibilidad de cambiar este sistema por otro de combinación sin dependencia, y de unidad de intereses en lugar de hostilidad organizada, depende totalmente de los futuros desarrollos del principio de Asociación.

    John Stuart Mill (1848). “Principles of Political Economy with Some of Their Applications to Social Philosophy”, p.466