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Pensé en Emmett Till y no pude volver atrás. No me dolían las piernas ni los pies, eso es un estereotipo. Pagué el mismo billete que los demás y me sentí violada. No iba a volver.
Pensé en Emmett Till y no pude volver atrás. No me dolían las piernas ni los pies, eso es un estereotipo. Pagué el mismo billete que los demás y me sentí violada. No iba a volver.