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  • Pero Estados Unidos no es una nación cristiana ni el hogar exclusivo de ningún grupo religioso en particular. Los no cristianos no son huéspedes. Somos tan anfitriones como cualquier protestante descendiente del Mayflower. Es nuestro hogar y también el suyo. Y en una casa con tantos propietarios, no puede haber ninguna oración sectaria oficial. De eso trata la Primera Enmienda, y el primer acto de la nueva administración fue un desafío a nuestra Constitución.