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En las calles por las que pasamos, debo admitir que las casas en general me parecieron oscuras y sombrías, pero al mismo tiempo también me parecieron prodigiosamente grandes y majestuosas.
En las calles por las que pasamos, debo admitir que las casas en general me parecieron oscuras y sombrías, pero al mismo tiempo también me parecieron prodigiosamente grandes y majestuosas.