-
Cuando me acuerde de ti en los días venideros, Jerusalén, no será con placer. Los depósitos mohosos de 2.000 años de inhumanidad, intolerancia e inmundicia yacen en los callejones malolientes... El amable soñador de Nazaret sólo ha contribuido a aumentar el odio... ¡Cuánta superstición y fanatismo por todas partes!