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Muchos sostienen que el nuestro es un gobierno cristiano, fundado en la Biblia, y que todos los que consideran el libro falso o tonto están destruyendo los cimientos de nuestro país. La verdad es que nuestro gobierno no está fundado sobre los derechos de los dioses, sino sobre los derechos de los hombres. Nuestra Constitución se redactó, no para declarar y defender la deidad de Cristo, sino el carácter sagrado de la humanidad. El nuestro es el primer gobierno hecho por el pueblo y para el pueblo. Es la única nación con la que los dioses no han tenido nada que ver.