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Sin embargo, para el fundamentalista que quiere creer cada palabra de la Biblia, la vida es un castillo de naipes, en el que cada carta es un principio de fe. Si quitas una carta, toda la casa se derrumba.
Sin embargo, para el fundamentalista que quiere creer cada palabra de la Biblia, la vida es un castillo de naipes, en el que cada carta es un principio de fe. Si quitas una carta, toda la casa se derrumba.