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El medievalismo, con sus santos y mártires, su amor a la auto-tortura, su salvaje pasión por herirse a sí mismo, sus cuchilladas y azotes con varas, el medievalismo es el verdadero cristianismo, y el Cristo medieval es el verdadero Cristo.
El medievalismo, con sus santos y mártires, su amor a la auto-tortura, su salvaje pasión por herirse a sí mismo, sus cuchilladas y azotes con varas, el medievalismo es el verdadero cristianismo, y el Cristo medieval es el verdadero Cristo.