-
Ningún hombre -príncipe, campesino, papa- tiene toda la luz, quien diga lo contrario es un charlatán. No reclamo ningún derecho privado sobre la verdad, sólo la libertad de buscarla, de probarla en el debate y de equivocarme mil veces para alcanzar una sola razón. Es esa libertad la que temen. Quieren que seamos conducidos hacia Dios como ovejas, no que corramos hacia él como amantes, gritando ¡alegría!