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Debes pensar antes de hablar. ¿Cuántas veces interviene tu corazón en lo que haces? Cada acto debería ser espiritual e implicar a todo tu ser -alma, mente y cuerpo-, hecho por el bien del hacer, dado por el bien del dar, trabajado por el bien del trabajar, no por lo que puedas obtener de ello. Cuanto más hagas esto, uniendo todos los aspectos de tu ser, más crearás armonía, equilibrio y paz.