Podemos comenzar el debate sobre la creación artística señalando que, desde muy antiguo (hace 200.000 años), los seres humanos se han sentido atraídos por lo extraordinario como dimensión de la experiencia y que, en algún momento, parece que también se sintieron impulsados a convertir lo ordinario en extraordinario, es decir, a dar forma o elaborar la realidad cotidiana y mundana para transformarla en algo especial, diferente de lo cotidiano.