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Sin retos, el cuerpo humano se ablanda. Prosperamos cuando superamos nuestros límites, alcanzamos metas y batimos récords personales. Rendimos mejor, tenemos mejor aspecto y nos sentimos vivos.
Sin retos, el cuerpo humano se ablanda. Prosperamos cuando superamos nuestros límites, alcanzamos metas y batimos récords personales. Rendimos mejor, tenemos mejor aspecto y nos sentimos vivos.