¿Es justo o razonable que la mayoría de las voces que se oponen al fin principal del gobierno esclavicen al menor número de los que quieren ser libres? Más justo es, sin duda, si se llega a la fuerza, que un número menor obligue a un número mayor a retener, lo que no puede ser malo para ellos, su libertad, que un número mayor, por el placer de su bajeza, obligue a un número menor a ser más perjudicialmente sus compañeros esclavos. Aquellos que no buscan otra cosa que su propia y justa libertad, tienen siempre derecho a ganarla y a conservarla, siempre que tengan poder, aunque nunca sean tan numerosas las voces que se oponen a ella.