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  • Siempre me ha parecido algo paradójico que el Señor nos mande constantemente hacer aquellas cosas que son para nuestro propio bien. El Señor ha dicho: 'El que encuentre su vida, la perderá; y el que pierda su vida por mí, la encontrará' (Mateo 10:39.) Perdemos nuestra vida sirviendo y elevando a los demás. Al hacerlo, experimentamos la única felicidad verdadera y duradera. El servicio no es algo que soportamos en esta tierra para ganarnos el derecho a vivir en el reino celestial. El servicio es la fibra misma de la que está hecha una vida exaltada en el reino celestial.