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No hay talento tan útil para ascender en el mundo, o que ponga a los hombres más fuera del alcance de la fortuna, que esa cualidad que generalmente poseen los hombres más torpes, y que en el lenguaje común se llama discreción; una especie de prudencia inferior, con ayuda de la cual, personas de la más baja intelectualidad, sin ninguna otra cualificación, pasan por el mundo con gran tranquilidad, y con buen trato universal, sin dar ni recibir ofensas.