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La tierra llena su regazo con placeres propios;
Anhelos que tiene en su propia clase natural,
Y, aún con algo de la mente de una madre,
Y ningún objetivo indigno,
La enfermera hogareña hace todo lo que puede
Para hacer que su hijo adoptivo, su hombre interno,
Olvide las glorias que ha conocido
Y aquel palacio imperial de donde vino.