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Los discípulos encontraron ángeles en la tumba de Aquel a quien amaban; y nosotros también deberíamos encontrarlos siempre, si no fuera porque nuestros ojos están demasiado llenos de lágrimas para verlos.
Los discípulos encontraron ángeles en la tumba de Aquel a quien amaban; y nosotros también deberíamos encontrarlos siempre, si no fuera porque nuestros ojos están demasiado llenos de lágrimas para verlos.