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Hacemos una diosa de la Fortuna... y la colocamos en lo más alto del cielo. Pero no es la fortuna la que es exaltada y poderosa, sino nosotros mismos los que somos abyectos y débiles.
Hacemos una diosa de la Fortuna... y la colocamos en lo más alto del cielo. Pero no es la fortuna la que es exaltada y poderosa, sino nosotros mismos los que somos abyectos y débiles.