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  • Nunca podría estar en una secta. Para empezar, nunca llevan los accesorios adecuados. David Koresh no tenía sentido de la moda, Jim Jones vestía trajes de ocio, y no me importa lo carismático que fuera Osama bin Laden, un AK-47 y un gotero de insulina no ocupan el lugar de unos pendientes de gota o un broche bien colocado.

    Joan Rivers (2014). “Diary of a Mad Diva”, p.71, Penguin