-
Los hombres ricos están resueltos a no asombrarse de nada. Cuando ven una obra maestra, necesitan reconocer de un solo vistazo algún defecto que les dispense de la admiración, una emoción vulgar.
Los hombres ricos están resueltos a no asombrarse de nada. Cuando ven una obra maestra, necesitan reconocer de un solo vistazo algún defecto que les dispense de la admiración, una emoción vulgar.