-
Las solteronas arañan como los gatos. No sólo infligen heridas, sino que experimentan placer al hacerlo. Tampoco dejan de recordar a sus víctimas la sangre extraída.
Las solteronas arañan como los gatos. No sólo infligen heridas, sino que experimentan placer al hacerlo. Tampoco dejan de recordar a sus víctimas la sangre extraída.