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  • Una fuente de alegría para una mente buena es la consideración de ese Ser de quien dependemos, y en quien, aunque lo contemplamos sólo en los primeros débiles descubrimientos de sus perfecciones, vemos todo lo que podemos imaginar como grande, glorioso o amable. Nos encontramos en todas partes sostenidos por su bondad y rodeados por una inmensidad de amor y misericordia.

    Joseph Addison (1872). “The Works of the Right Honourable Joseph Addison”, p.359